Ciertas personas tienen indiscutiblemente una notable capacidad de tener a los demás bien atados con nudos.
Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar.
Con casi siempre, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo.
Es increible hasta qué punto les resulta difícil a las personas en juego ver lo que pasa.
No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo, que te han atado, el no darte cuenta, forma parte de él.