12 de mayo de 2012

Me gusta sentir el viento en la cara y pensar en todo lo que tengo que hacer, no ahora, sino a lo largo de mi vida. 


Me he prohibido pensar en todos los errores y sentirme mal por ellos, me he dicho que tengo que seguir adelante y ser feliz. Al sentir el viento entrar dentro de mi he querido comerme el mundo, he querido acelerar para sentirlo con más fuerza. Pero luego me he dado cuenta que no por acelerar iba a ser así, que no por ir más rápido iba a conseguir todo lo que me proponga más deprisa. Que cuanto más lento, cuantas menos pausas, más felicidad. 

Nadamas.


Tock,tock.
-¿Quién es?
-Somos los recuerdos, venimos a por tí.

¡UN DOS TRES, DEL MUNDO DESAPARECERÉ!